Durante el primer mes de gestación los cambios maternos no son fáciles de interpretar, ya que pueden confundirse con los premenstruales. Los más llamativos son el aumento de la tensión mamaria, los cambios de humor, sensación como de que quiere bajarte la regla, cansancio…
En el segundo y tercer mes de gestación los cambios en la gestante son más específicos y llamativos. En la mayoría de las embarazadas comienzan a aparecer las náuseas, orinan con más frecuencia, aumenta el volumen de las mamas, se producen cambios en la pigmentación en los pezones y areolas…
Las náuseas y los vómitos pueden ser inevitables, llegando a limitar la actividad cotidiana. Para minimizarlos intenta comer poca cantidad y repartir la comida en 5 ó 6 tomas, beber abundantes líquidos, eliminar comidas pesadas y no acostarte pronto después de cenar. Si con estas medidas persisten las náuseas, existen tratamientos efectivos.
Los cambios hormonales también provocan modificaciones en el gusto y en el olfato que sumado a la posible ansiedad por la nueva situación personal, hace que aparezcan los popularmente conocidos “antojos”, que suponen un cambio en la preferencia de los alimentos que, si no se controlan de forma segura, pueden ocasionar desequilibrios nutricionales.
Todos estas alteraciones pueden producir que nos “encontremos raras” con nosotras mismas y los más cercanos. Los cambios en las relaciones personales, si los hay, se irán normalizando a medida que nos adaptemos y tomemos conciencia de la nueva situación.
Ya en este primer trimestre es aconsejable la aplicación de cremas antiestrías tanto en el pecho como en el abdomen. También la utilización de protectores solares para mitigar la aparición de manchas que pueden aparecer durante el embarazo (cloasma gravídico).
Entre el segundo y tercer mes se pasa del periodo embrionario al fetal, finalizando la formación de la mayoría de los órganos y comenzando el crecimiento y desarrollo del bebé.
Mantén una perfecta higiene bucal, ya que los cambios hormonales, provocan un aumento de la sensibilidad de las encías, haciendo que éstas puedan sangrar con el peligro de la aparición de gingivitis y periodontitis. Es aconsejable consultar con tu odontólogo si te ocurren.
Para el normal desarrollo de tu embarazo y parto es fundamental que sigas los consejos de tu matrona, te realices las analíticas y acudas a las consultas que te programe.
Para la realización de la ecografía ten presente que algunas cremas corporales pueden interferir con la transmisión de los ultrasonidos, por lo que se recomienda no aplicarse desde 24 horas previas a la cita.
Para la mejor visualización de las diferentes estructuras fetales, es frecuente que en las exploraciones ecográficas a lo largo de todo el embarazo se pueda utilizar también la vía vaginal, aparte de la habitual vía abdominal.
Las ecografías son pruebas que no causan ningún daño ni a la madre ni al bebé. Durante el primer trimestre son por vía vaginal, normalmente.
Guarda todos los informes tanto analíticos como ecográficos y llévalos contigo cada vez que acudas a la consulta.
Para un óptimo control del embarazo, es aconsejable la realización de una ecografía aproximadamente cada mes. De todas las ecografías a lo largo del embarazo, las más importantes son:
ECOGRAFÍA DE LA SEMANA 7-8
Nos informará de la viabilidad fetal por la visualización inicial del embrión, viendo y oyendo el latido cardiaco. Es fundamental para lo que se llama “datar la gestación”, o lo que es lo mismo, saber exactamente “de cuántas semanas estás” (muy importante en mujeres con ciclos que no son regulares o aquellas que no recuerdan con seguridad la fecha de la última regla). Ha de verse claramente el número de embriones y su localización, la presencia de la vesícula vitelina y revisaremos el útero y los ovarios para descartar cualquier anomalía.
ECOGRAFÍA DE LA SEMANA 12
La ecografía realizada en esta semana de gestación nos aportará una información fundamental para descartar de forma temprana la probabilidad de aparición de diferentes cromosomopatías (síndrome de Down y otras), alteraciones morfológicas y del desarrollo fetal, valorando la Translucencia Nucal (TN). La TN es la medida de la distancia existente entre el hueso y la piel del feto a la altura de la nuca. También se visualizan otros marcadores, así como diferentes estructuras fetales como pueden ser los cuatro miembros, la pared abdominal, la cabeza y diferentes órganos y sistemas.
Si esta ecografía se realiza junto a una analítica específica, se denomina Test combinado del primer trimestre, cuyo resultado se expresa en un cálculo de probabilidades, clasificándose en dos grupos: de alto o de bajo riesgo, dependiendo del punto de corte.
El punto de corte se sitúa en 1/270 para el síndrome de Down (trisomía 21) y en el 1/100 para el síndrome de Edwars (trisomía 18).
Por ejemplo, un cociente de 1/50 para el síndrome de Down, significa que uno de cada 50 mujeres embarazadas (con los mismos datos analíticos y de TN que el tuyo), sería portadora de una trisomía 21, y un resultado de 1/ 2500 sería una portadora de síndrome de Down por cada 2500 embarazos.
Al ser un cálculo orientativo, la decisión de realizar una prueba invasiva (amniocentesis o biopsia corial) es personal y depende de cada mujer.
Desde hace poco tiempo, se puede realizar el estudio genético fetal a partir de una muestra de sangre materna, separando las células fetales de las de la madre sin efectos secundarios ni para la madre ni para el bebé. Descarta precozmente las alteraciones cromosómicas más frecuentes y evitar los posibles riesgos de la amniocentesis. Para saber más sobre nuestro Test prenatal no invasivo, pincha aquí.
Este estudio puede realizarse a partir de la décima semana y se determina, con una fiabilidad cercana al 100%, las alteraciones cromosómicas más frecuentes, (Síndrome de Down, Síndrome de Edwars, Síndrome de Patau), el sexo fetal, así como posibles alteraciones en los cromosomas sexuales X e Y.
Existe una prueba como la anterior, realizada también con muestra de sangre materna, que se denomina AMPLIADA que detecta, además de lo anterior, pequeñas delecciones (falta de pequeños fragmentos en los cromosomas), relacionadas con otras alteraciones congénitas menos frecuentes, como cardiopatías.